sábado, 1 de noviembre de 2008

How Can I be a good citizen?

Por supuesto, no cabría esperar otra cosa del gobierno valenciano, un gobierno que se dedica a boicotear "leyes", políticas que, procediendo del Estado, se someten, ya en ésta como en otras comunidades autónomas, al boicot que lleva consigo la distinción de color, las diferencias de partidos. Que el gobierno valenciano atribuya a sus propias medidas la necesidad de dar calidad promoviendo el "trilingüismo" me parece, con toda honestidad, absurdo e incluso de Juzgado de Guardia. Fuera de este debate en concreto quedaría, en el argumento serio de una persona normal, la discusión típica del adoctrinamiento estatal y sus consecuencias, ya que hoy lo que nos concierne, o lo que a mí personalmente me preocupa, es la facilidad con la que un gobierno autonómico puede andar, manipular a sus anchas, las legislaciones y medidas del estado, además de ignorar conscientemente a la opinión pública que no entiende cómo en sus escuelas se puede dar una asignatura en una lengua diferente a nuestros arraigos culturales. 
Todo esta maquinaria de boicot articulado ha supuesto que el 90% de los claustros docentes de los 363 institutos institutos rechazan esta fórmula de docencia, además del rotundo fracaso fraguado de los primeros pasos de la asignatura, o mejor dicho, de esta locura docente. Pero, señores ciudadanos, está es la realidad...ellos se atreven a excusar, a justificar sus medidas por el respaldo recibido en los comicios, olvidando, quizá, que el gobierno de la nación recibió también legitimidad para elaborar leyes que las administraciones autonómicas han de acatar, no boicotear. Pero estos adultos con acné juvenil en el cerebro que pretenden hacerse los graciosos, como diría Iñaki Gabilondo, campan a sus anchas en el terreno político, sin importarle el ciudadano, porque para ellos es más importante su batalla personal por la conquista de la Moncloa que los ciudadanos. ¿A qué está jugando señor Camps?  ¿Programa plurilingüe? 
Una cuestión simple, tajante, y a la que no encuentro respuesta es la de ¿por qué Educación para la ciudadanía en Inglés? ¿Acaso no estamos en España?  Muchos dirán que esta fórmula acrecienta el plurilingüismo, abre marcos de comprensión más amplios, pero vayamos a la pura realidad... ¿es realista este tipo de medida?¿se pueden disponer explícitamente los contenidos de la asignatura por parte de los alumnos? ¿el alumno, al 100%, aprehenderá y entenderá la materia impartida? Entiendo que en muchas ocasiones, en materias no dadas en Inglés, como es lo normal, se tropieza con dificultades de comprensión, asimilación y se da la necesidad de proponer métodos alternativos. Figure señor Camps, cuál puede ser el resultado, porque miles de ciudadanos, profesores, padres y alumnos, lo han entendido. Al parecer, su gobierno no...pero, qué cabe esperar de usted. Quizá sea usted quién pueda enseñarme a ser un buen ciudadano, o mejor, a good citizen.


Iván M.Ferrer

miércoles, 29 de octubre de 2008

"Más Mercadeo de los Diputados"

Entre plena crisis financiera y económica, entre el transcurso de las elecciones norteamericanas, ¡¡sí!!, aquellas que despiertan expectación en todo el mundo..., entre noticias de la calada de "Absueltos los 16 jóvenes que quemaron fotografías del Rey en Gerona", he encontrado una noticia que, desde lo absurdo de la situación, me ha sobresaltado, me ha llamado terriblemente la atención... déjese saber; la de que unos ciento noventa diputados, ¡¡sí señor, ha oído usted bien!!, ciento noventa, casi dos centenares de señorías no han asistido, hoy miércoles, a la sesión de control al gobierno. Parece simplemente un hecho casual, pero mi comprensión no llega a comprender tanto despiste. ¿A qué dedican el tiempo sus señores parlamentarios? ¿Acaso sus percepciones salariales no les son suficientes para cumplir sus labores como representantes del Pueblo Español?
Hace unos días Manuel Martínez publicaba en este mismo blog un artículo realmente interesante titulado: "El Mercadeo de los Diputados". He de confesar que, tanto en un principio como en un fin no comparto sus opiniones respecto a lo sucedido en la votación de las enmiendas a los Presupuestos Generales del Estado, pero he de reconocer que, en el fondo, toca algunos aspectos en los que en mi opinión lleva algo de razón. El aspecto más importante, que en mi opinión, deja entrever es el de la separación, en la escisión que el poder político contemporáneo esgrime con la sociedad civil, que recibe su compromiso tan sólo cada cuatro años. Después del compromiso, aparente y formalmente dado de facto modo en las elecciones, una vez que el parlamentario se hace con su escaño, es cuando vuelven los olvidos, es cuando el ciudadano que se esconde bajo un rostro político deja o enmudece sus compromisos y queda todo en programas políticos caducados, en fotos que engalanan un álbum de recuerdos. 
Cuando el político olvida su esencia, que no es más de la de ser también ciudadano, olvida el fin de sus actos y se convierte en medio tácito de sus intereses. Lo llevamos observando estos últimos días, semanas, meses y años...casos tan sorprendentes como el de la "Operación Malaya" en Marbella, o los escándalos que se están viviendo tanto en San Fulgencio y Bigastro (Alicante) por aquellos, dígase alto y claro, "POLITICUCHOS de primer grado", nos enseñan a la masa ignorante que no siempre la democracia consiste en un sistema perfecto, que aquellos que prometen por el bien social no son más que arañas que trepan en favor de sus bienes propios... Pero así es la realidad, una realidad que se asienta en la falta de compromiso de sus amados políticos, que mantienen, o creen mantener en la ignorancia, a los ciudadanos. En mi opinión no es que la masa sea ignorante, sino que más bien es olvidadiza y arroja al pozo de los recuerdos este tipo de escándalos que sorprenden tan sólo por semanas, meses, quizá en ocasiones algún año.
Hace unos días fui espectador, como muchos españoles por los medios informativos, de la salida de prisión de Don Julián Muñoz, y dígase de Don porque a la vista de las imágenes de su salida quién diría que formó parte de una de las tramas de corrupción política, quizá, más sorprendentes de este país. 
Sí, querido Manuel, la política, uno de los mayores artes a los que la persona está llamado a participar, se convierte en un rito sucio, en un compromiso, en ocasiones vacío, así como lo estaban algunos más de 190 escaños de la cámara baja de nuestras Cortes... ¡¡Quién diría que estos señores cobran de media unos 4000 € mensuales!! y lo más importante, no es que dejen un escaño vacío, sino que demuestren a la sociedad que sus conciencias políticas, realmente, están vacías. No creo que exista tan sólo crisis económica, creo que existe crisis de compromiso, crisis de entender qué es democracia, compromiso, ciudadanos... Ellos han de recordar que son también ciudadanos. 


Iván M. Ferrer

domingo, 26 de octubre de 2008

El miedo a la Historia

En esta gran nación, la nación de los españoles, ha existido y existe, en mi humilde opinión, una serie de debates un tanto...no sabría usar la palabra indicada, pero quizá la que más se ajuste sea la de, "esperpéntico". Evidentemente, deformamos notoriamente la interpretación de la realidad y solemos, en la mayoría de las ocasiones, ser grotescos, ciegos y auto-confundirnos en la autocompadecencia. Miedosos de la historia, caminamos en el pánico de recordar, de aprehender, de asimilar...

El español puede borrar cuarenta páginas, negras páginas de su historia y permanecer callado, silencioso, cautivado en su vanidad innata, arrogancia inútil que justifica dando razón de sus grandes logros, los inconfundibles logros del pasado. El español ama y odia, envidioso de su prisión arraigada en los campos del recuerdo; odia y ama, avaricioso de miedos absurdos que columpian su existencia. En nuestros días, ha comenzado un proceso, criticado por muchos, alabado por otros...pero que, en el fondo, hará que nos encontremos con una realidad que ha pretendido ser olvidada desde hace ya algún tiempo. A aquel que fue motivo de orgullo para nuestro país en las causas contra Pinochet, se le recrimina ahora el meter las narices en nuestra historia, el querer dar la oportunidad a cientos de familias que reclaman poder enterrar a sus seres queridos, poder devolver la identidad a aquellos centenares de cadáveres que yacen ocultos en los campos de España. 

Muchos aluden a un "espíritu de la Transición", que no es que esté muerto sino que más bien ha llegado el tiempo de dar un paso más. En un gran artículo de mi compañero de fatigas José María Martínez, él menciona que "cuando alguien rescata del pasado determinados recuerdos y rencillas, normalmente lo hace desde el rencor y el revanchismo", con mi más sincero cariño esto me parece un gran error. Sinceramente, ¿a nadie se le ha ocurrido mencionar la palabra justicia? ¿por qué nos empeñamos en seguir presos de conceptos como rencor o revanchismo? Se dice que no es momento de abrir las heridas, pero ¿qué herida más grande puede haber que no saber que fue de tu ser querido, donde yace su cuerpo, aquel que fue tiroteado con balas de ira, balas que acallaban con odio? El espíritu de la Transición no ha sido traicionado y no lo será mientras se arraigue un principio fundamental de las sociedades democráticas, esto es, la Justicia. Como bien apunta Iñaki Gabilondo, éste espíritu fue el espíritu de la prudencia de una sociedad atemorizada, un ejercicio asimétrico, en donde los vencedores nunca perdonaron a los vencidos, ni a nadie; mientras, los vencidos nunca pasaron factura a los defensores del régimen. Es cierto, la transición supuso un gran acto de perdón, pero ¿de quién?

En éste intenso debate, en la mayoría de ocasiones, sale a relucir, con boquita pequeña, la famosa Ley 46/1977 o Ley de amnistía como así se conoce. Se argumenta que las investigaciones o el proceso abierto por Garzón es contrario a la legalidad, a esta ley en concreto. Mi inteligencia no llega a entender como una ley que fue elaborada para romper muchas de las atrocidades jurídicas existentes en el régimen anterior, puede condicionar este proceso. Muy señores míos, la amnistía fue concedida a los prisioneros de la dictadura, a la España plural que se escondía, no a aquellos que arremetieron en contra de la diferencia, no a aquellos que desposeyeron de la vida a cientos de muertos que padecieron las consecuencias de una dictadura, y mucho menos, a Francisco Franco Bahamonte.

No se trata de "tesis revisionistas", porque estos procesos, éste proceso en concreto, no trata de revisar la historia, sino de ir a la historia, desenmascarar los fantasmas que quedaron ocultos, o más bien a aquellos de los que nunca hemos querido saber. En cambio, viejos fragasaurius opinan que es un disparate y un gravísimo error la búsqueda de la verdad, o gentucilla barata que ríe al opinar sobre la solicitud del certificado de defunción del General Franco. Cuando observo eclipsado estas aptitudes pienso en aquel anciano hombre que hablaba de un recuerdo de oídas sobre su padre, al cual no recuerda porque nunca conoció, ni tan siquiera llevó flores a un pobre cementerio...responded a él, a su infancia, a su vida, que es todo un absurdo y ridículo error. 

Una sociedad democrática madura, comprometida, reconciliada, ha de ser capaz de destapar su historia, de enfrentarse a ella con arraigo, con fuerza, porque no ha de temer a la verdad.

 

 

No perdono a la tierra y a la nada...

 

Iván M.Ferrer